Marcos: En la Casa Ladera se emplearon diferentes sistemas constructivos para garantizar un resultado fiable y optimizar al máximo los tiempos, teniendo en cuenta la complejidad del terreno: la planta superior y la cubierta se realizaron mediante estos sistemas industrializados.
En nuestro despacho somos muy simpatizantes de los modelos de construcción industrializada tipo CLT, por ejemplo, porque verdaderamente han supuesto una evolución en el mundo de la construcción. A este sector le cuesta horrores adoptar medidas de mejora, vive anclado en el pasado y en sus métodos prehistóricos de hacer las cosas (muchas veces mal). La vida evoluciona y, con ella, todo debería evolucionar a un ritmo similar, porque aquello que queda rezagado, queda obsoleto.
La construcción industrializada ha tardado en llegar a nuestra cultura pero cada vez va teniendo mas adeptos. Este sistema ha permitido reducir los plazos de ejecución, hecho muy importante para una sociedad en la que reina la prisa. Además, asegura unos niveles de calidad muy superiores, con menos riesgos de mala ejecución al realizarse en fábrica la mayor parte de su proceso. Las obras con este tipo de estructura son espacios limpios, no hay sacas de hormigón y arena por todas partes, realmente las visitas de obra se viven de otro modo. Y probablemente lo más importante, ofrece grandes ventajas medioambientales durante su proceso de fabricación y grandes cualidades ecológicas y de confort en la vivienda terminada, dado su bajo nivel en conductividad.
Esto, evidentemente, se puede extrapolar a otros elementos integrantes de una obra. Entre todos ellos, la obra vería su plazo de entrega reducido y los errores que conlleva hacer las cosas in situ, minimizados. La sociedad necesita de esta evolución y confío en que el mercado tienda a mejorar para ofrecer soluciones que conduzcan la construcción hacia este camino.